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29.ago.2024


2 Tesalonicenses 2:1-12


1. Comprensión de la situación:

Intenta describirte a ti mismo con una sola palabra.

No importa qué palabra elijas, puede ser una emoción, un objeto o incluso una palabra de otra dimensión.

Yo me describiría como "astucia". A veces, aunque digo que lo hago por Dios, mi propio deseo se manifiesta más a menudo. Aun cuando sé claramente lo que Dios quiere, sin darme cuenta, trato de ocultar Su gloria. Utilizo mi astucia para conectar esto y aquello, para suavizar las cosas, y así he aprendido a sobrevivir en el mundo. A pesar de haber pasado por muchas dificultades en mis 20 años debido a mi codicia, aún hay momentos en los que este hábito aparece y me deja desconcertado. Considero que "astucia" es lo mismo que habilidad. A veces la uso para evitar problemas, y otras veces la uso bien para superar desafíos, pero esta "astucia" no es sabiduría. Por eso, oro mucho pidiendo sabiduría.

Las personas que suelen caer en la tentación a menudo son aquellas que piensan demasiado, que no profundizan en los valores esenciales y eligen lo que les proporciona comodidad momentánea. No es diferente para los cristianos. Hay quienes racionalizan todo. Debemos reflexionar sobre si somos ese tipo de personas.

Vivimos cada momento tomando decisiones, pero ¿con qué criterio las tomamos? No con el criterio del mundo, sino con el criterio de Dios. Al observar el mundo desde la perspectiva de Dios, vemos que el inicuo ya está actuando y manifestándose. Esta es la situación actual que debemos comprender. Por eso, al sentir que el día del Señor se acerca, algunas personas se vuelven más perezosas o se llenan de miedo. Aunque deberíamos estar preparando el camino para la venida del Señor, aunque deberíamos estar pensando con claridad en la segunda venida de Jesús, muchos se centran únicamente en criticar y oponerse a las actitudes hostiles hacia Dios en el mundo.

Así como cuando intentamos describirnos a nosotros mismos con una palabra y creemos conocernos bien, debemos también reflexionar profundamente sobre el mundo y sobre Dios en quien creemos, y definirlos con precisión.

Dios dijo que enviará un espíritu de engaño. Dijo que permitirá que crean en mentiras. Tristemente, el espíritu de engaño existe realmente y nos prueba constantemente. Los meticulosos planes de Satanás siempre intentan derribarnos. A menudo vemos que los errores momentáneos llevan a muchos a caer. Pero debemos comprender la diferencia entre caer y ser derrotados. Si caemos, podemos levantarnos de nuevo, pero ser derrotados es de otra dimensión.

Recordemos: la situación que siempre debemos comprender es la "victoria de la cruz". Solo eso nos permitirá vivir plenamente en la verdad. Jesús ya ha vencido, y somos aquellos que viven disfrutando de esa victoria.



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