17.ago.2024

 2 Reyes 24:8-20

¿Qué entiende?

1. Invasión: El pueblo de Dios fue invadido según la voluntad de Dios. Aunque parecía que Dios simplemente observaba, Él estaba obrando para que se cumpliera Su propósito. Dios envió a Babilonia para que Su pueblo se despertara. Es triste que el pueblo no comprendiera esto. Cuando enfrentamos dificultades en la vida, a menudo culpamos a Dios en lugar de reflexionar sobre nuestros propios errores. Es parte de nuestra naturaleza culpar a los demás cuando nos enfrentamos a problemas pequeños. Tratamos de esconder nuestras faltas mientras buscamos ser elogiados.

   Se dice que el verdadero carácter de una persona se revela en tiempos de crisis. Cuando la crisis invade nuestras vidas, podemos conocer nuestra verdadera naturaleza. Ahí es donde se manifiesta la autenticidad.

   Cuando Babilonia invade nuestra vida, tratemos de comprender la razón última de su llegada.

2. Vaciamiento: Dios puede vaciarte, ya sea voluntariamente o a la fuerza. Aunque en ocasiones debemos llenar, también hay momentos en que debemos vaciar por amor a los demás. Sabemos que los niños sufren cuando están enfermos, pero a veces es necesario que reciban inyecciones o se sometan a cirugías para curarse. De la misma manera que a veces alguien necesita enfrentar vergüenza en el mundo para despertar, cuando un hijo no vive bien o un ser querido no está completo, aunque nos avergüence, llevamos la carga juntos. De igual manera, Dios amó a Su pueblo vaciándolo. Después de que todos los habitantes de Jerusalén, los líderes, los guerreros, diez mil artesanos y herreros fueron exiliados, solo quedaron los “pobres” en Jerusalén. Eso fue el resultado de la desobediencia. Las personas pueden perder la esperanza. Pero en lugar de enfocarnos en lo que se ha perdido, enfoquémonos en lo que se llenará.

   Enfoquémonos en lo que está por llenarse, no en lo que se ha perdido. Enfoquémonos en el amor de Dios que se derramará en el futuro. Esa es nuestra única esperanza en la vida.